12 de agosto de 2007

ornette

Ornette Coleman

Anoche pasó el último gran cronopio vivo por la Gulbenkian, cerrando el festival Jazz em Agosto, tras varios conciertos de jazz de vanguardia, free e improvisación contemporánea (todo junto, o según se quiera). En general, este festival lisboeta suele traer a los músicos más innovadores y libres de la escena del jazz, esos que no suelen llenar auditorios porque suenan raro, y que a menudo son marginados de los grandes festivales. Estos días hemos disfrutado de la música de virtuosos como Muhal Richard Abrams o Roscoe Mitchell, Joe Fonda o el Quartet Noir. Y el último, el padre de todos ellos: Ornette Coleman, creador de una música, a finales de la década de 1950, que hasta hace poco seguía en los arrabales del jazz. Freejazz. Libertad es lo que se sintió anoche al escuchar las improvisaciones de su extraño quinteto (contrabajo acústico, contrabajo eléctrico, bajo eléctrico, batería y él, al saxo alto y alguna ráfaga de trompeta), y en especial el sonido acuoso y agudo de su saxofón. Lástima que la Gulbenkian no estuviese ayer a la altura de las circunstancias (el sonido en general fue algo deficiente), pero el viejo loco (77 años) no defraudó. Un sabio con mirada de niño pícaro, eso me pareció anoche.

Dejo aquí la canción con la que cerró el concierto, "Lonely Woman" (claro, en la grabación original, con otra formación, que incluía al insustituible Don Cherry a la trompeta). Salud.

2 comentarios:

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Qué suerte haberle oído, aunque no fuera en las mejores condiciones. Ayer, por cierto, estuvo por aquí Cristina Branco. ¿Te gusta? Bueno, en realidad hablabas de jazz, y yo te mento el fado. En fin, música.
Un abrazo.

Daniel Pelegrín dijo...

Creo que el concierto que dio Ornette Coleman en Vitoria fue aun mejor.

A Cristina Branco sólo la conozco de nombre, es una de las jóvenes estrellas del fado. El fado me gusta sólo un poco, según el momento, y mejor mezclado con otras músicas. Nada de Amália. Hay un fadista que me gusta más (pero lo he oído poco), que es Carlos do Carmo: fado más de la calle, incluso con cierto contenido social. Sea como sea, no me perderé la película que ha rodado Saura sobre el fado (claro, no sólo por la banda sonora). Un abrazo.