labirintos
Maria Helena Vieira da Silva ou o Itinerário Inelutável
Minúcia é o labirinto muro por muro
Pedra contra pedra livro sobre livro
Rua após rua escada após escada
Se faz e se desfaz o labirinto
Palácio é o labirinto e nele
Se multiplicam as salas e cintilam
Os quartos de Babel roucos e vermelhos
Passado é o labirinto: seus jardins afloram
E do fundo da memória sobem as escadas
Encruzilhada é o labirinto e antro e gruta
Biblioteca rede inventário colmeia –
Itinerário é o labirinto
Como o subir dum astro inelutável –
Mas aquele que o percorre não encontra
Toiro nenhum solar nem sol nem lua
Mas só o vidro sucessivo do vazio
E um brilho de azulejos íman frio
Onde os espelhos devoram as imagens
Exauridos pelo labirinto caminhamos
Na minúcia da busca na atenção da busca
Na luz mutável: de quadrado em quadrado
Encontramos desvios redes e castelos
Torres de vidro corredores de espanto
Mas um dia emergiremos e as cidades
Da equidade mostrarão seu branco
Sua cal sua aurora seu prodígio
Sophia de Mello Breyner Andresen, Dual (1972)
[Maria Helena Vieira da Silva o el itinerário inevitable
Menudencia es el laberinto muro a muro
Piedra contra piedra libro sobre libro
Calle tras calle escalera tras escalera
Se hace y se deshace el laberinto
Palacio es el laberinto y en él
Se multiplican las salas y refulgen
Los cuartos de Babel roncos y rojos
Pasado es el laberinto: sus jardines afloran
Y desde el fondo de la memoria suben las escaleras
Encrucijada es el laberinto y antro y gruta
Biblioteca red inventario colmena
–Itinerario es el laberinto
Como el ascender de un astro inevitable–
Pero quien lo recorre no encuentra
Ningún toro solar ni sol ni luna
Sino sólo el cristal sucesivo del vacío
Y un brillo de azulejos imán frío
Donde los espejos devoran las imágenes
Exhaustos por el laberinto caminamos
En la menudencia de la búsqueda en la atención de la búsqueda
En la luz mutable: de cuadrado en cuadrado
Encontramos desvíos redes y castillos
Torres de cristal pasillos de asombro
Pero un día emergeremos y las ciudades
De la equidad mostrarán su blanco
Su cal su aurora su prodigio
(Traducción de Ángel Campos Pámpano)]
En este poema de Sophia de Mello sobre la pintura de Vieira da Silva se juega con algunos de los símbolos y formas que afloran en los cuadros de la pintora portuguesa: el laberinto, la biblioteca, la ciudad; y la biblioteca como laberinto, que nunca fue dominio exclusivo de Borges, a quien Vieira da Silva admiraba. En sus cuadros, en particular en los no figurativos (la mayor parte de su obra), las líneas de fuga crean perspectivas múltiples, a veces enmarañadas; crean espacio y espacios en planos de proximidad o lejanía variable, dimensiones abiertas a la interpretación, a la imaginación: la mirada entra en ellos como en un dédalo de formas geométricas y líneas, descubre corredores hacia el fondo de la tela, escalas de un plano ajedrezado hacia una estancia suspensa en el vacío. Más allá de las arquitecturas oníricas, de los túneles y poliedros, de las bibliotecas cromáticas, más allá de los símbolos la pintura de Vieira da Silva es una mirada abierta a la profundidad, una proyección hacia el fondo del fondo, hacia el vacío (el "vidro sucessivo do vazio" que dice el poema de Sophia de Mello). Un vacío pleno de sugerencias.
M. H. Vieira da Silva, Bibliothèque en feu (1974)
Quien esté interesado en la obra de Maria Helena Vieira da Silva, si viene a Lisboa conviene que visite la Fundação Arpad Szenes-Vieira da Silva, una experiencia muy interesante por varios motivos. El museo, ubicado en una antigua fábrica de seda en el jardim das Amoreiras, alberga muchas obras de Vieira da Silva, pero la colección se compone además de pinturas de su marido, el húngaro Arpad Szenes (aunque yo prefiero la pintura de ella). Y el jardim das Amoreiras, con el final del acueducto y la Mãe d'Água (un gran depósito de aguas del siglo XVIII) es uno de los rincones más hermosos de esta ciudad colmada de rincones hermosos.
5 comentarios:
Confieso que no conocía la obra de Maria Helena Vieira da Silva. De los dos cuadros que cuelgas, me gusta sobre todo el segundo. He disfrutado también con la lectura de la Melo (haces bien en acompañarla de su traducción; en la entrada de Andrade, busqué la versión española en el libro que el Circulo de Lectores publicó con toda su obra -eran unos hermosos versos, como todos los suyos-).
Un cordial saludo.
DR, procuraré poner las traducciones en adelante. Es en parte la idea de este blog, al menos mientras esté en Lisboa: usar ambas lenguas. Gracias por tu apoyo.
A mí me gustó más el primero, porque ... ummm, no sé, quizá porque hay resquicios tras las líneas y delante de ellas, la composición... la calidez de los colores, o es tal vez por la sensación que surge al observarla, como un vértigo al subir y descender, como un lanzarse hacia fuera de los planos y reinventarse en un sitio ya lejano a la vista...
El poema por otro lado es maravilloso.
Y... bueno, creo que ya no hay razón para publicar anónimamente, te agradezco el vínculo, me siento muy honrada al acompañarte por aquí, debo decir que cuando abro la computadora, algo que disfruto mucho es el venir a visitarte, momento agradable que te agradezco también.
(Noté los cambios de imagen en el blog, [por nombrarlo de algún modo] y me gusta éste, tienes un sitio muy bello).
Saludos.
Roxana
Roxana, el placer es mío, gracias por la compañía y por los comentarios. Esto va a un ritmo desigual, descuidado, unas veces me ganan la pereza y la dispersión, y otras el trabajo y la ciudad reclaman toda mi atención. Seguimos cruzando palabras y miradas. Salud
Azófar... hace tiempo, -sería quizá cuando por las noches le tomaba la mano a mi abuela Josefina sin cruzar en ese intercambio más que la propia caricia-, comprendí que hay silencios necesarios, recuerdo haber leído que el silencio es en suma y en potencia la zona del canto. Yo sé bien de silencios, no me espantan... si vengo y de pronto escribo algo, estoy probablemente alargando una nota, la melodía existía antes. No te sientas obligado a responder nada... por favor.
Bonito día.
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