colina
Na colina do instante
Há um cheiro de absinto quando os capricórnios
da casca apodrecida dos carvalhos velhos
iniciam seu voo pelo mês de Junho
Colhemos avelãs ao longo do jardim
onde as tílias ao vento espalham o aroma
A frescura da fruta vence o sol rasante
Somos quem fomos caminhamos tão de leve
temos tamanha dignidade de crianças
que nem a morte aqui de nós se lembraria
nem mesmo a monstruosa flor de outros destinos
nem qualquer outra das repúblicas do ódio
encresparia o calmo mar do fim da tarde
É à celebração sagrada do acaso
à festa da essência mineral do mundo
que o sol procede no segredo deste templo
A tarde é tudo e tudo são caminhos
Somos eleitos cúmplices da hora
Aqui não chega o desatino do verão
esqueço a aversão dos meus antepassados
e levanto-me sobre a derradeira luz
Por instantes sou eu ninguém morreu aqui
ó minha vida esse processo que perdi
Ruy Belo (1933-1978)
Y mi traición al español:
[En la colina del instante
Hay un olor de ajenjo cuando los capricornios / de la corteza podrida de los robles viejos / inician su vuelo hacia el mes de junio / Cogemos avellanas a lo largo del jardín / donde los tilos al viento dispersan el aroma / La frescura de la fruta vence al sol rasante / Somos quienes fuimos caminamos tan levemente / tenemos tal dignidad de niños / que ni la muerte aquí de nosotros se acordaría / ni siquiera la monstruosa flor de otros destinos / ni cualquier otra de las repúblicas del odio / encresparía el calmo mar del fin de la tarde / Es a la celebración sagrada del azar / a la fiesta de la esencia mineral del mundo / que el sol procede en el secreto de este templo / La tarde es todo y todo son caminos / Somos escogidos cómplices de la hora / Aquí no llega el desatino del verano / olvido la aversión de mis antepasados / y me levanto sobre la postrera luz / Por momentos soy yo nadie murió aquí / oh mi vida ese proceso que perdí]
2 comentarios:
Gracias por la traición al español... ya sabe... hay heridas que lastiman a algunos, pero dan de beber a otros. Saludos.
Entonces ha valido la pena, Miriam. Un abrazo.
Publicar un comentario