Sá-Carneiro y la confesión
Mário de Sá-Carneiro es conocido como fundador del modernismo literario portugués junto con su amigo Fernando Pessoa, con quien dirigió la revista Orpheu. En su obra tienen relevancia ciertos elementos del simbolismo y del decadentismo de finales del siglo XIX. De su producción poética destaca Dispersão (1914) y el poemario Indícios de oiro (publicado póstumamente en 1937). En prosa de ficción, además de su obra más conocida, la novela breve A confissão de Lúcio (1914), destaca el volumen de relatos Céu em fogo (1915). Mário de Sá-Carneiro fue un ser atormentado, y uno de esos escritores tan luminosos como fugaces (escribió su obra en cuatro años). Puso fin a su vida en París en 1916, con apenas 26 años.
En A confissão de Lúcio el narrador, Lúcio, cuenta diez años después, tras su salida de prisión, la verdad, por inverosímil que sea, de cómo fue inculpado de un crimen que no cometió: Lúcio conoce en París a Ricardo de Loureiro en una fiesta de una rica americana que se inmola en una danza de fuego. Con el tiempo su amistad se hace más cómplice e intensa, si bien Ricardo le confiesa que es incapaz de sentir afecto por nadie, a no ser que lo posea sexualmente, lo cual él mismo descarta ya que Lúcio es un hombre. Regresa a Lisboa, y cuando Lúcio lo visita tiempo después lo encuentra cambiado y viviendo con una extraña mujer, Marta, de belleza y sensualidad perturbadoras, que parece no tener pasado ni vida propia. Lúcio inicia una relación sexual con Marta que, lejos de alejarlo de Ricardo, parece estrechar su amistad y afecto. Cuando tiempo después el atormentado Lúcio le reprocha a Ricardo que no reaccionase ante la infidelidad de su mujer, éste, atormentado, le muestra la verdad, que yo no voy a revelar para no aguarle la fiesta a quien prefiera descubrir las cosas por su propio pie.
Destaca el aire decadentista de esta novela que trata con maestría el tema del otro, la amistad en sentido totalizador, lo inverosímil hecho realidad y la ambigüedad de género y sexual. Entre París y Lisboa, la acción comienza y termina en torno a 1910, y lo narrado por Lúcio ocurre entre 1895 y 1900. El texto se divide en una breve introducción y ocho capítulos igualmente breves. El recurso a la narración desde el presente permite al autor servirse de las elipsis y silencios, de máscaras, de los olvidos del narrador, los puntos suspensivos. Todo ello no hace sino enriquecer las interpretaciones de la novela.
A confissão de Lúcio es un clásico, una obra emparentada con el Dorian Gray de Oscar Wilde, anterior a ella, y con otra posterior, Orlando, de Virginia Woolf. Su riqueza estriba en la multiplicidad de lecturas e interpretaciones que ofrece, fruto de la ambigüedad narrativa y de las alusiones entre líneas. El tema de la alteridad, recurrente en la época (y común a Pessoa) es patente. Tiene, desde luego, una lectura queer, relacionada con la indefinición de género en Ricardo/Marta, ente de ficción o real (que sea una cosa u otra hace que la relación con Lúcio sea de carácter homosexual o un simple adulterio).
Al margen de las lecturas y sugerencias de todo tipo, el texto produce un gran placer, se lee con intensidad y en una o dos sentadas. Y eso, que puede ser entendido como una ventaja, acaba por ser una lástima, como pasa con todo lo bueno cuando es breve.
4 comentarios:
Anda tramposo (lo digo cariñosamente), si ya nos has contado sin querer el final.
Habrá que comprar el libro para hacer verdaderas o en su defecto descartar las sospechas, sólo espero que el libro se consiga por aquí y en español.
Además y no conforme invitas al comentario la dupla w que por mucho tiempo, figuraron entre mis preferidos.
Yo, y no sé por qué, pensé en tanto terminaba la lectura en Niebla de Unamuno, quizá por esa misma ambigüedad de la que ya hacías cuenta.
=)
Se agradece (a título personal lo anterior) el que permitas desbordar al blog con variopintos.
Excelente semana Azófar.
Bueno, el final no es tan importante...
Yo creo que la novela de Sá-Carneiro no tiene mucho que ver con Niebla, R. (aquí no hay un autor impertinente entrando en el texto). Yo a Sá-Carneiro lo veo un poco entre Rimbaud y Wilde, pero sin farándulas. Seguro que hay traducción española en México, es un clásico.
Bueno, ¿hay noticias de tu próximo blog? Ya nos tienes a la espera a los amigos. Excelente semana también, Rox.
Azófar, con cada comentario de un libro que haces, siento el urgente deseo de leerlo.
Neves, éste es de los que no se pueden soltar, una pequeña joya llena de sugerencias.
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