31 de julio de 2007

ciegos

Ayer escribí sobre el arte en el metro de Lisboa. Hoy leo en un blog que suelo frecuentar un breve retrato de otro metro de Lisboa: el de los ciegos que piden limosna. Siempre solos, avanzan haciendo sonar un recipiente donde tintinean las monedas, y a su paso golpetean el bastón contra las barras y asientos del vagón. Repiten una cantilena lastimera, que transcribe con precisión Miguel Vale de Almeida en el enlace anterior. Algunos parecen arrancados de las páginas de una novela picaresca... o de Ernesto Sábato.

2 comentarios:

9 dijo...

Me resulta desolador.

Vivir en Lisboa y no poder verla...

Daniel Pelegrín dijo...

Pues sí, pero lo realmente desolador es que los ciegos apenas tengan protección social por parte del Estado.